El pasado 30 de mayo Colombia ingresó como el país 37 al selecto grupo de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico; (http://www.oecd.org/). Con México y Chile serán tres los latinoamericanos. Estos países representan tres cuartas partes de la inversión extranjera directa y dos tercios del PIB y del comercio mundial.
Ese ingreso trae consigo exigencias al país en materia de su servicio educativo. Se hace ahora manifiesta tanto la necesidad como la oportunidad tan esperada para que el gobierno nacional y los congresistas impulsen la creación de un nuevo modelo educativo. Un nuevo modelo apuntalado en el derecho constitucional a una educación inclusiva y con calidad para todos, adecuada para el mundo globalizado y a los requerimientos económicos, éticos y culturales que crea la revolución tecnológica, al desarrollo sostenible y la construcción de un país con oportunidades para todos con ciudadanos pacíficos, democráticos, amantes de la paz y solidarios.
Esta Organización tuvo su origen en 1948 después de la 2ª. guerra mundial en el proceso de reconstrucción de Europa. En 1961 se convirtió en la OCDE para promover políticas públicas para mejorar el bienestar económico y social de las personas alrededor del mundo por medio de prácticas comunes como las del desarrollo económicamente sostenible, el respeto a los derechos humanos, la economía de mercado y la democracia basada en el Estado de Derecho. De ahí su lema de “Mejores políticas para una vida mejor”.
Se han resaltado algunos de los principales desafíos que por ser miembro de la OCDE enfrentará Colombia, tales como: la recaudación de más ingresos fiscales en el mediano plazo, impulso a las asociaciones público - privadas, reducción de impuestos y contribuciones sobre los salarios, fijación de un salario mínimo según la región, formalización del empleo y de los pequeños negocios. A estos se agregan el impulso y la financiación de programas y proyectos de investigación científica y de su desarrollo entre la industria y el sector académico, aumentar las tasas de escolarización y de formación en habilidades específicas en las regiones de menor desarrollo, y ampliar la educación de la primera infancia. (https://goo.gl/BJvtai).
En el contexto de la misión de la OCDE la educación, su calidad y pertinencia es factor clave, como lo es también la superación de la exclusión social y las desigualdades. La OCDE realiza trabajos de ayuda a las personas y a los países para identificar y desarrollar los conocimientos y habilidades que lleven a mejores empleos y mejor vida para para la inclusión social, el bienestar y calidad de vida y para el progreso de todos (http://www.oecd.org/education/).
En un estudio de la OCDE en la que se revisan las políticas colombianas en educación (https://www.mineducacion.gov.co/1759/articles-356787_recurso_1.pdf) se recalcan las siguientes observaciones: Se necesitan cambios en todos los niveles de la educación con una agenda para la reforma a largo plazo del sector, cambios que requieren la creación de condiciones adecuadas para una administración eficaz, financiación efectiva y buenos sistemas de información, descentralización con énfasis en la capacidad de los gobiernos locales para mejorar los logros escolares. La financiación de la educación en el país es un cuello de botella para las reformas por lo que se debe hacer una fuerte inversión colectiva en educación y así cumplir con las exigencias de la Organización.
En el informe de la OCDE de noviembre de 2017 titulado ¿Cómo va la vida en Colombia? (http://www.oecd.org/countries/colombia/Better-Life-Initiative-country-note-Colombia-in-Espagnol.pdf; www.oecd.org/howslife) se destacan estos hallazgos: Hay distribución desigual entre los ingresos y las habilidades cognitivas de los estudiantes de 15 años, la desigualdad en los ingresos es el mayor registrado entre los países de la OCDE, las mujeres tienen un 70% más de probabilidades de estar desempleadas que los hombre, aunque muestran mejores resultados en las pruebas académicas.
La inversión del país en educación en 2015 fue del 5.8 % del PIB, superior a España, Rusia, Chile, Brasil, México y Argentina. El Reino Unido, Canadá, Estados Unidos y Corea del Sur invirtieron por encima del 6%. El gasto por estudiante (USD 3245) es el más bajo entre los países mencionados, superior a Indonesia (USD 1486). Ese gasto en otros países en USD va desde 16268 en Estados Unidos, 13906 en Canadá, 5928 en Rusia, 5610 en Brasil, 5135 en Chile, y 4240 en Argentina. (http://www.oecd.org/education/education-at-a-glance-19991487.htm). En cuanto al salario de los maestros, entre los 37 países Colombia ocupa el puesto 30, empatado con Chile y la república Checa, salarios que es cerca del 60% menos que el promedio de la OCDE y de la Unión Europea, por debajo de México y Costa Rica, cerca de cuatro veces menos que Luxemburgo y la mitad de Austria, Finlandia y Suecia. (Para datos de 2014 véase www.oecd.org/edu/Colombia_EAG2014_CountryNote_ESP.pdf).
Es bien conocido el bajo desempeño de Colombia en las pruebas PISA promovidas por la OCDE. La relación entre el gasto público en educación, la cualificación de los maestros mostró que están positivamente relacionados con el desempeño de los alumnos en lenguaje y matemáticas, lo que ayuda a reducir el impacto de variables como ingresos familiares, estatus social y cultural, sexo y edad de los alumnos. (https://www.oecd-ilibrary.org/economics/public-spending-in-education-and-student-s-performance-in-colombia_282d9700-en).
Es importante reconocer que la OCDE promueve mejores prácticas e innovación en educación por medio del programa de evaluación de ambientes de aprendizaje (The Learning Environments Evaluation Programme -(LEEP), el cual tiene como foco la producción de instrumentos y análisis para informar a los gestores de políticas públicas, investigadores y líderes educativos sobre mejoras en los ambientes de aprendizaje para una educación de mayor calidad, mejor salud, bienestar y uso más eficiente de los recursos educativos A este se suman el Centro para Ambientes de Aprendizaje Efectivos el proyecto de Ambientes Innovadores de Aprendizaje y el Programa para La Construcción y el Equipamiento Educativo que bien pueden ser aprovechados por el país para su profunda transformación educativa. Todos pueden ser consultados en la web de la OCDE (http://www.oecd.org/).
Esperamos los colombianos que el próximo presidente de la república y los congresistas convoquen a los ciudadanos a un pacto por la educación para insertar a esta en las corrientes innovadoras mediante la creación de un nuevo modelo educativo innovador y transformador que adquiera vigencia con una ley estatutaria que se debe expedir en 2019 a los 200 años de la gesta libertadora de Boyacá y se dé curso, como ya he anotado varias veces en estas columnas, al mandato de El Libertador para tener a Colombia con una educación obligatoria e incluyente en donde ella y la moral sean los polos de la República.