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Disrupciones en la educación superior

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  • Foto del escritorEnrique Batista J. Ph. D.

El 11 de noviembre se conmemora la verdadera independencia de Colombia

El 20 de julio de 1810 en Santa Fe de Bogotá no hubo una declaración de independencia absoluta de España, el Virrey Amar fue nombrado presidente de una Junta Suprema, se le rindieron honores al rey Fernando VII y se le reconoció como el soberano de la entonces Nueva Granada.


Se conmemoró este 11 de noviembre el aniversario 206 de la independencia absoluta de España de la Provincia de Cartagena. Enfatizo en la “Provincia de Cartagena en la Nueva Granada”. Es decir, contrario a la manera como se designa esa fiesta nacional, no se trata de la independencia de una ciudad, sino de una extensa provincia en el Caribe de nuestro país, a la sazón con el nombre de Nueva Granada, país dividido en provincias.


Esa Provincia cubría todo el Caribe colombiano, con excepción de las provincias de Magdalena y de Riohacha. Se extendía desde la desembocadura del rio Grande de la Magdalena hasta cubrir parte de Urabá, del norte y del nordeste de Antioquia (véase el mapa). Pero no sólo eso, es muy importante destacar que la Provincia de Cartagena en la Nueva Granada también comprendía la costa de la hoy Nicaragua, denominada de Misquito y con ello el archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, tal como puede observarse en el mapa de la Provincia en 2011. El lector podrá también observar la cantidad de territorio nacional que Colombia ha perdido con sus vecinos, y a la vez la inmensidad el mar territorial en el Caribe que pertenecía a la Provincia de Cartagena. Este hecho explica a los colombianos el por qué este archipiélago, estando cerca a Nicaragua, ha sido y es colombiano.


📷

Mapa de la Nueva Granada en 1811. La Provincia

de Cartagena llegaba hasta la costa de Misquito

y el archipiélago de San Andrés, Providencia y

Santa Catalina.


Así que el 11 de noviembre de cada año se debe conmemorar no la independencia de la ciudad de Cartagena, sino de toda una inmensa provincia de la Nueva Granada, con sus tierras y amplísimo mar territorial. En la formación escolar se ha abandonado la formación en la historia del país, sus orígenes, valores y hechos históricos, esos que configuran nuestra identidad nacional y riqueza multicultural. Crasa ignorancia que se deja ver también en comunicadores sociales. Escuché a un despistado comunicador decir en un programa nocturno que, si es la independencia de una ciudad, refiriéndose a Cartagena, entonces, argüía con ignorancia suma, “que la celebren ellos solos”.


Con la independencia de la Provincia de Cartagena empieza la verdadera independencia total de España. En efecto, el Acta de la Independencia de 1811 rompe definitivamente con la corona española, lo que no se hizo en la declaración de 1810 en Santa Fe de Bogotá, a partir de una trifulca preconcebida con un chapetón de apellido Llorente. Esa declaración abdicó los derechos imprescriptibles de la soberanía del pueblo en “la del augusto y desgraciado monarca don Fernando VII.” En el acta se pidió que el augusto y desgraciado monarca, don Fernando VII, viniera a gobernar entre nosotros.


En efecto, en la declaración de 1810 entre gritos ¡queremos Junta!, ¡viva el Cabildo!, ¡abajo el mal gobierno! y ¡mueran los bonapartistas!, se constituyó, contrario al clamor popular de un cabildo abierto, una Junta Suprema de Gobierno, presidida por el mismo Virrey. José María Carbonell, hombre mestizo, apodado “el chispero de la revolución” y a quien debe ser considerado como el más genuino prócer y héroe en los hechos del 20 de julio, no permitió que ese día el fuego de la insurrección se apagara y fuera aprovechado por la oligarquía criolla en beneficio propio.


Carbonell, héroe y patriota olvidado en los textos de nuestra historia, dirigió a las bases populares, reclamando un cabildo abierto para que se diera una declaración genuina de independencia y el encarcelamiento del Virrey y su esposa. Los privilegiados criollos negaron ese reclamo popular e impulsaron acciones para compartir el poder con el Virrey, constituyendo una junta de gobierno, sin participación popular, junta presidida por el Virrey Antonio Amar y Borbón. Dos días después, la Junta, además de exhibir la imagen del rey de España y de rendirle honores, calificaron a las manifestaciones populares como motín subversivo.


Fue claro que la sociedad estaba divida entre las bases populares que reclamaban independencia absoluta y la supremacía criolla que deseaba mantener vínculos con la Corona. En el devenir de los acontecimientos líderes populares, entre ellos su máximo dirigente y revolucionario independentista genuino José María Carbonell fueron encarcelados. Carbonell en 2016 sufrió el suplicio de los verdaderos héroes; fue ahorcado tras la reconquista española.


No hubo pues una ruptura total con la corona y el soberano español. Así, Juan Gossaín preguntó si “Francamente: ¿lo del 20 de julio fue una revolución o una pelotera?” Y agregó: “¿Dónde se ha visto que unos revolucionarios genuinos hayan designado como nuevo mandatario al mismo invasor que acaban de derrocar? ¿Esto es una independencia verdadera o un zafarrancho de revoltosos? Ni siquiera llega a golpe de Estado.” (https://goo.gl/kV1wHR). El historiador Germán Mejía ha dicho que, al contrario de lo que nos han enseñado, los sucesos del 20 de julio fue un movimiento bogotano y local (http://www.colombia.com/especiales/20-de-julio/historia/) .


Con diferencia de un mes, el 6 de agosto de 1810, la Villa de Santa Cruz de Mompox, que formaba parte de la Provincia de Cartagena, declaró su independencia absoluta de España, de Fernando VII y de cualquier intento de dominación extranjera, con un lema para que no quedara la deliberada ambigüedad santafereña “Libres o muertos”.


En Cartagena el 11 de noviembre de 1811, dos hermanos, Germán y Gabriel Gutiérrez de Piñeres, lideraron en el barrio Getsemaní la revuelta popular para declarar la independencia absoluta de la Provincia de Cartagena de la Corona española. A lo que sumaron, entre otras reivindicaciones, la abolición de la Inquisición, órgano letal de apoyo a la tiranía española. Bajo presión popular armada se firmó el acto de independencia absoluta de la Provincia de Cartagena de España; proclamación que se hizo con un bando, en medio de alegría, vivas y jolgorios, en lo que hoy todavía se reconoce como la Plaza de la Proclamación (frente al actual parque de Bolívar, la Catedral y el edificio de la gobernación). (https://goo.gl/SHG3RT).


Empieza la declaración señalando que:


"En el nombre de DIOS TODO PODEROSO autor de la naturaleza. Nosotros los Representantes del buen pueblo de la provincia de Cartajena de Indias, congregado en junta plena, con asistencia de todos los tribunales de esta ciudad, á efecto de entrar en el pleno goce de nuestros justos é imprescriptibles derechos, que se nos han devuelto por el órden de los sucesos con que la divina Providencia quiso marcar la disolución de la monarquía Española, i la erección de otra nueva dinastía sobre el trono de los Borbones: ántes de poner en exercicio aquellos mismos derechos que el sabio autor del Universo ha concedido á todo el jénero humano, vamos á esponer á los ojos del mundo imparcial, el cúmulo de motivos poderosos que nos impelen á esta solemne declaración, i justifican la resolucion tan necesaria que va á separarnos para siempre de la monarquía Española."

Y finaliza de modo concluyente y tajante:


“Nosotros los Representantes del buen pueblo de la Provincia de Cartagena de Indias, con su expreso y público consentimiento, poniendo por testigo al SÉR SUPPREMO de la rectitud de nuestros procederes, y por arbitro al mundo imparcial, de la justicia de nuestra causa, declaramos solemnemente, á la faz de todo el mundo: que la Provincia de Cartagena de Indias, es desde hoy de hecho y por derecho, ESTADO LIBRE, SOBERANO E INDEPENDIENTE, que se halla absoluto de toda sumision, vasallaje, obediencia, y de todo otro vinculo, de qualquier clase y naturaleza que fuese, que anteriormente la ligase con la corona y gobierno de España; y que como tal estado libre y absolutamente independiente, puede hacer todo lo que pueden y y pueden hacer las naciones libre é independientes. Y para mayor firmeza y validez de esta nuestra declaración, empeñamos solemnemente nuestra vidas y haciendas, jurando derramar hasta la última gota de nuestra sangre, antes que faltar á tan sagrado comprometimiento. Dado en el Palacio de gobierno d Cartagena de Indias á 11 dias del mes de Noviembre de 1811, el primero de nuestra independencia.” (La ortografía es de la época. Subrayados fuera del texto).


Uno de los líderes populares de la insurrección popular fue otro mestizo, de nombre Pedro Romero, miembro de las milicias Lanceros del barrio de Getsemaní, importante personaje que erróneamente se había supuesto que era cubano, de Matanzas, debido a que por un oficio temporal que le fue asignado de sacrificar cerdos lo llamaron el matancero. El historiador Sergio Solano Aguas, en minucioso estudio con mirada profunda de arqueólogo, ha allegado todas las pruebas para mostrar que no era cubano sino cartagenero (http://www.eluniversal.com.co/suplementos/facetas/pedro-romero-no-era-cubano-251477).


En la Provincia de Cartagena se dio el verdadero grito de independencia del país, la que marcó el camino para otras provincias. Provincia por donde el sanguinario Pablo Morillo intentó la reconquista, pero también el lugar donde El Libertador lanzó el “Manifiesto de Cartagena” (https://goo.gl/o2Gbz). Consciente del peligro inminente escribió en el Manifiesto: “España tiene en el día gran número de oficiales generales ambiciosos y audaces; acostumbrados a los peligros y a las privaciones que anhelan por venir a buscar un imperio que reemplace el que acaban de perder” y también, por ese temible presentimiento, fue desde esta Provincia el lugar donde inició la campaña emancipadora en el bajo Magdalena que finalizó en el Pantano de Vargas y en el Puente de Boyacá.


Hay que resaltar y celebrar esta gran fiesta patria del 11 de noviembre. Dada su trascendencia e importancia en la historia del país, es necesario que vuelva a ser una celebración que no se traslade a los domingos, y se le reconozca, tal como fue, un magno acontecimiento de amplia significación nacional en 1811.


El nuevo modelo educativo, el que reclamamos los colombianos para este siglo XXI, incorporará entre sus metas la formación de ciudadanos para una democracia participativa plena, con conocimiento inequívoco y enriquecedor de la historia y geografía del país. Ciudadanos que muestren respeto y comprendan los símbolos patrios, defensores de las riquezas naturales (en tierra y en mar) y de la valía de nuestra biodiversidad y multiplicidad cultural para que se consolide en todos una plena y sólida identidad nacional en un país solidario, próspero y en paz.

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