top of page

Disrupciones en la educación superior

Documentos descargables

PowerPoint

Word

  • Foto del escritorEnrique Batista J. Ph. D.

El Abstencionismo Electoral Crece en Todo el Mundo: Insatisfacción con los Procesos Democráticos

En el mundo se destacan cifras de crecimiento de la abstención electoral, lo que se considera una amenaza para los fundamentos de sus democracias. Los 10 países con mayor nivel de abstencionismo: Chile (58%), Eslovenia (57.65%), Malí (54,2%), Serbia (53,7%), Portugal (53,5%), Lesoto (53,4%), Lituania (52,6%), Colombia (52,1%), Bulgaria (51,8%) y Suiza (50,9%). Aun con el voto obligatorio México (37%), Grecia, Paraguay y República Dominicana tienen niveles de abstención cercanos a un tercio de los posibles votantes. (https://goo.gl/1E6ozg). En 2016 en los Estados Unidos para la elección presidencial la abstención fue del 44.3%. Si se toma el total de ciudadanos habilitados, Trump fue elegido por el 25.7% de ellos. (https://goo.gl/LN8dtu). En Colombia, el candidato Iván Duque fue elegido por el 28.2 % del total de colombianos habilitados para votar, Justin Trudeau en Canadá con 26,9%, Juan Carlos Varela en Panamá con el 30,1%; y Mariano Rajoy en España, con el 21,6%. (https://goo.gl/Q2uWSe). Son todos ellos presidentes electos por votación popular, pero por una minoría de sus conciudadanos.


En Colombia, en las elecciones presidenciales 2014, en la primera vuelta, sufragó el 39,93%, y en la segunda fue del 47,77%. (https://wsr.registraduria.gov.co/IMG/pdf/DATOS_20_ANOS_ELECTORALES-2.pdf).


En la primera vuelta presidencial de 2018 el porcentaje de votantes fue de 53,38% y para la segunda disminuyó a 53.04%. A la primera de estas cifras el presidente Santos la consideró como una marca histórica en la democracia colombiana. Nada de marca, en 1996, para las dos vueltas presidenciales, los porcentajes fueron 54,64 y 62,59%.


En 2016 la satisfacción de los colombianos con el funcionamiento de la democracia fue del 31.4%. La confianza en el presidente, el Congreso, el sistema de justicia y en los partidos estuvo alrededor del 25%, mientras que sólo uno de cada 10 colombianos (el 10%) confía en las elecciones. Señala el Observatorio de la Democracia que el menor apoyo al sistema político y la menor tolerancia con la oposición muestra a una democracia en riesgo. (https://obsdemocracia.org/).


Entre los jóvenes el abstencionismo es también muy alto. Resultados para 2016 del Observatorio de la Democracia mostró que el 56% de ellos no confía en la justicia, el 44% está insatisfecho con las escuelas públicas, sólo uno de cada cuatro confía en el Congreso, una cuarta parte ve a la corrupción como el principal problema del país, y en un 92% consideran que al menos la mitad o más de la mitad de todos los políticos están involucrados en la corrupción, cifra parecida a la percepción sobre los funcionarios públicos.


En términos de alineación ideológica, el 58% se considera de centro, 15% de derecha y 27% de izquierda (https://obsdemocracia.org/barometro-de-las-americas/).


La profundización de la democracia y la consolidación del Estado Social de Derecho requiere una formación cívica escolar intensa en derechos y deberes del ciudadano. En particular, hay que superar la idea frecuente de que la participación democrática se da sólo mediante la votación electoral y que en manos de los elegidos está el futuro del bienestar común. Es, además, insuficiente la frecuente admonición de: Vote para que otros no decidan por usted y para que después no se queje. La formación cívica va más allá.


El Estado Social de Derecho que nos rige desde la Constitución de 1991 señala que los ciudadanos tenemos el derecho y el deber de participar democráticamente en las decisiones que nos afectan. En efecto, en los artículos 103 a 106 se expresa: “los mecanismos de participación ciudadana del pueblo en ejercicio de su soberanía son: el voto, el plebiscito, el referendo, la consulta popular, el cabildo abierto, la iniciativa legislativa y la revocatoria del mandato.” La norma constitucional prescribe que el Estado facilitará a la sociedad civil “los mecanismos democráticos de representación en las diferentes instancias de participación, concertación, control y vigilancia de la gestión pública” (asuntos que están reglados por las leyes 1757 de2015 y 134 de 1994). El Congreso puede convocar a una Asamblea Constituyente para reformar parcial o totalmente la Constitución. Hay bastante sustento legal, para tener una formación cívica para ser ciudadanos democráticos en el Estado Social de Derecho. En todos los grados escolares por ley es obligatoria y fundamental el área curricular denominada como “Ciencias sociales, historia, geografía, constitución política y democracia.”


El voto es apenas uno de los modos de participación democrática que tenemos los ciudadanos.


Más allá del voto, a esos mecanismos de participación ciudadana se agregan el derecho y obligación a ejercer vigilancia y control social a la gestión pública y de sus resultados, derecho que se puede ejercer de manera individual o por medio de las distintas organizaciones que tienen como función central fortalecer a la sociedad civil, potenciar la capacidad de control y fiscalización y reforzar las relaciones Estado-sociedad civil, o recoger y expresar las aspiraciones y necesidades de la sociedad en general o de grupos particulares. Son también importantes medios de participación ciudadana, y elementos fundamentales en la formación cívica escolar, las redes de veedurías ciudadanas como ojos ciudadanos que supervisan la gestión pública, sus resultados, la prestación de los servicios públicos y en especial la lucha contra la corrupción.


Son formas comunes e importantes de participación ciudadana los observatorios de la democracia, las redes académicas y políticas (incluidas las digitales), la investigación científica sobre políticas del Estado y sus efectos (por ejemplo, en educación, salud, medio ambiente, vivienda, justicia, equidad), la recurrencia a organismos y cortes internacionales. Son claves en la construcción de las bases de la democracia las organizaciones de derechos humanos, sindicatos, grupos de defensa de los derechos de los grupos étnicos, mujeres, de niños y adolescentes y de minorías. Caben, además, la acción ciudadana en las juntas de acción comunal, el amparo de los derechos fundamentales por medio de la tutela, las Juntas Administradoras locales y muchas otras formas de organización y participación democrática.


La Constitución de 1991 tiene tres reglas básicas para los ciudadanos: ¡Organízate, participa y decide!


Todo va más allá del voto. La participación política no es sólo participación electoral; los esfuerzos y mal entendimientos en esa dirección no ayudan a consolidar una formación y conciencia cívica sólidas para una democracia participativa.

La escuela tiene qué ser democrática la Constitución y la ley general de la educación de 1994, le asignan el aprendizaje de los valores, derechos y deberes ciudadanos, hacen obligatorio el estudio, la comprensión y la práctica de la Constitución, y también la formación cívica para la justicia, la paz y la democracia.

16 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

El Fin de la Universidad

Mover a una universidad es como mover a un cementerio, un proceso en el cual no se puede esperar ayuda alguna de sus habitantes – Profesora Bárbara Oakley. ¿Se acabarán las universidades de aquí al 20

El Aula Invertida o el Flipped Classroom

Viajando por el Cauca y bajando del Alto de Otramina me acordé del poeta León De Greiff quien escribió, hace medio siglo, unas coplas dedicadas a Don Diego Calle Restrepo: En el Alto de Otramina quedó

bottom of page